En el anterior capítulo presentamos cuáles eran los principales factores a tener en cuenta para asegurar una buena experiencia de usuario según varios autores. En este capítulo intentaremos valorar la importancia de estos factores (partiendo del modelo de Guo, 2012) a algunos recursos de información habituales en webs de bibliotecas.
El primer paso pues, será acotar cada uno de los factores:
Usabilidad - ¿Es fácil realizar la tarea que queremos?
La usabilidad es la capacidad de una web o herramienta web de resolver una necesidad (de información o de realizar una tarea determinada).
Valor - ¿Ofrecemos un producto válido?
El valor de un servicio o producto son las prestaciones que ofrece útiles para consecución de su objetivo. En pocas palabras, alineación entre las necesidades del usuario y las características que definen el servicio o producto.
Adoptabilidad - ¿Es viable que los usuarios empiecen a usar este servicio?
Posibilidad de que los usuarios adopten un nuevo servicio o producto en función de su situación actual: ¿Tienen que instalar una aplicación? ¿Existe una aplicación mejor con la misma función? ¿Pueden utilizarlo desde su dispositivo habitual (movil vs ordenador)?...
Atractivo - ¿Nuestro producto es deseable?
Que un producto sea deseable depende de muchos factores, porque la cualidad de ser atractivo apela directamente a la parte emocional. Que un producto sea atractivo para nosotros dependerá de su diseño y de la utilidad para hacer lo que pretendemos, pero sobretodo dependerá del contexto del usuario (Por ejemplo, si un usuario busca de datos en bruto para poder cruzarlos entre si, no estará interesado en el diseño de la interfaz, muchas imágenes lo pueden distraer de su objetivo, le interesará que los datos sean localizables y disponibles en el formato que necesita)...
El catálogo, la primacía del valor
Cuando un usuario accede a un catálogo de biblioteca lo que espera de él es poder saber qué documentos hay en una biblioteca sobre un tema, saber dónde se encuentra un libro concreto... En definitiva, busca satisfacer una necesidad. Por lo tanto, el catálogo debe ser útil para recuperar información vinculada a los fondos de la biblioteca, su principal función.
Además de poder realizar la tarea, es importante que el catálogo sea usable, que nos permita completar la búsqueda con eficacia y obtener resultados pertinentes.
El atractivo de los catálogos de biblioteca aunque hasta hace poco no era esencial (por el hecho de que los catálogos de biblioteca no tenían competencia directa), en la era de Internet, debe ser tenida en cuenta para diferenciar el catálogo de otras herramientas similares a la vista del usuario (buscadores web). Deben ser herramientas con un diseño agradable y sencillas de usar.
En cuanto a la adaptabilidad, es importante que el catálogo de biblioteca se integre dentro de los flujos de trabajo habituales de los usuarios (usuarios habituados a la búsqueda simple, una sola interfaz de búsqueda sencilla...).
La web de la biblioteca, el valor y la usabilidad como base del éxito
La web de la biblioteca contiene básicamente dos tipos de contenidos: información sobre la biblioteca (horarios, términos de préstamo, ubicación, datos de contacto...) y las herramientas para la recuperación de información (catálogo, guías de recursos temáticas, guías de ayuda a la investigación, servicios de referencia virtual...).
Estas utilidades responden a necesidades no resueltas de información que deben ser cubiertas de forma rápida y eficaz, para ello es imprescindible una interfaz en la que prime sobretodo el valor y la usabilidad.
La web debe ser atractiva y adaptable, pero entendiendo que la mayoría de usuarios primarán su utilidad por encima de éstas características.
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